La Asamblea General de la ONU adoptó la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio en 1948; sin embargo, hoy observamos señales de atrocidades, incluido el genocidio, en varias regiones del mundo, dijo este miércoles la alta comisionada adjunta de la ONU para los Derechos Humanos.
Nada Al-Nashif participó en el Panel sobre Señales Tempranas y Prevención del Genocidio, celebrado en Ginebra en el marco de la 58ª sesión del Consejo de Derechos Humanos.
En ese foro, Al-Nashif lamentó las profundas divisiones del mundo actual y las posiciones extremas que alimentan los conflictos y la violencia.
“Las normas globales que nos protegen a todos, empezando por la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos, están sometidas a una presión sin precedentes”, sostuvo.
Recordó que la ONU fue creada para evitar la repetición de un crimen tan inhumano como el Holocausto, y subrayó que hablar de prevención sin acciones no funciona.
Responsabilidad de los Estados
“La prevención exige que todos los gobiernos y todas las partes en conflicto respeten plenamente el derecho internacional. Los Estados miembros tienen la responsabilidad primordial de prevenir los conflictos y construir la paz. Las normas de la guerra fueron concebidas para limitar y prevenir el sufrimiento humano en tiempos de conflicto armado”, enfatizó.
Al-Nashif añadió que pisotear estas normas “ha llevado a los extremos actuales de sufrimiento humano y a los riesgos de genocidio y otros crímenes atroces que presenciamos hoy”.
La prevención también quiere decir entender y responder con celeridad a las señales tempranas de genocidio, que incluyen patrones de discriminación, exclusión, discurso de odio, violaciones sistemáticas de los derechos humanos de algunas minorías en especial, e incitación al odio basado en cuestiones raciales, étnicos o religiosos, entre otras.
Actividades que contribuyen al genocidio
Además, listó la especialista en derechos humanos, la prevención implica estar atentos a las actividades que pueden permitir o contribuir a la comisión de esos crímenes, como la venta y transferencia de armas, y el apoyo militar o financiero a actores caracterizados por violar el derecho internacional.
Al-Nashif citó la rendición de cuentas como otro factor imprescindible para la prevención del genocidio.
“Para prevenir y evitar el genocidio y los crímenes atroces en masa se requiere un compromiso inquebrantable -de los Estados, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y otros-, con los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho que existe para protegernos a todos”, insistió.
Falla de la brújula moral
Explicó que cuando los Estados socavan, denigran o ignoran las leyes internacionales y las instituciones que las sustentan, aumentan el riesgo de que vuelvan a ocurrir crímenes de esta magnitud.
“El genocidio ocurre cuando falla la brújula moral de la humanidad, cuando proliferan ideologías de odio y se permite que la deshumanización de un grupo entero de personas se arraigue y se propague”, advirtió, y llamó a defender las leyes internacionales y unirse contra el genocidio y otros crímenes atroces.
Consecuencias devastadoras de la inacción
En el Panel participó también la Asesora Especial para la Prevención del Genocidio, quien coincidió con Al-Nashif en que, pese a los esfuerzos colectivos, el riesgo de esa atrocidad y las denuncias de su ocurrencia siguen presentes en el mundo de hoy.
Virginia Gamba aludió a las devastadoras consecuencias de la inacción en los casos de Rwanda, Srebrenica y Camboya, recalcando que los factores de riesgo son visibles.
“El genocidio requiere tiempo para planearlo y ejecutarlo”, afirmó, y añadió que reconocer las señales tempranas es una responsabilidad colectiva.
Fortalecer los sistemas de alerta temprana
Debemos fortalecer nuestros sistemas de alerta temprana, mejorar la cooperación internacional y garantizar que los responsables rindan cuentas, acotó.
“La rendición de cuentas sigue siendo fundamental porque su ausencia constituye un factor de riesgo en sí mismo”, abundó.
Gamba instó a atender las causas del genocidio, incluidos el discurso de odio, la discriminación y la impunidad. “Debemos promover sociedades inclusivas y tolerantes, donde se celebre y proteja la diversidad”, precisó.
En este sentido, hizo hincapié en la importancia del trabajo del Consejo de Derechos Humanos, los órganos creados en virtud de tratados, los procedimientos especiales y los mecanismos regionales de derechos humanos.
Gamba cerró su intervención abogando por un mundo en el que los derechos humanos se respeten, se protejan y sean del disfrute de todas las personas. “Debemos seguir trabajando en esta dirección con compromiso y determinación”, finalizó.
Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).
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