El mundo celebra el Día Internacional de los Bosques cada 21 de marzo con el objetivo de animar a los países a proteger todos los tipos de bosques y reconocer su importancia para las comunidades locales y el planeta.
Cada año, se alienta a los países a adoptar iniciativas en el plano local, nacional e internacional para la organización de actividades relacionadas con los bosques y los árboles, como, por ejemplo, campañas de plantación de árboles.
El tema de 2025, Bosques y alimentos, hace hincapié en la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de subsistencia.
Proteger el agua dulce
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), además de proporcionar alimentos, combustible, ingresos y puestos de trabajo, los bosques favorecen la fertilidad del suelo y proporcionan hábitats para la biodiversidad, incluidas las especies polinizadoras.
También contribuyen reteniendo el agua, ofreciendo alimento y sombra al ganado, regulando las temperaturas y actuando como barreras naturales contra el viento para los cultivos, así como mejorando las precipitaciones para las necesidades agrícolas.
Son esenciales para la supervivencia de algunas comunidades, en particular los pueblos indígenas, y contribuyen a mitigar el cambio climático al almacenar carbono.
Las cuencas hidrográficas de los bosques suministran agua dulce a más del 85% de las principales ciudades del mundo.
Según la FAO, la gestión sostenible de los bosques tiene el potencial de mejorar la calidad del agua para más de 1700 millones de personas en las grandes zonas urbanas, contribuyendo a su seguridad alimentaria e hídrica.
5000 millones de personas utilizan productos forestales
En las zonas rurales de algunos países y regiones, los bosques y los árboles proporcionan alrededor del 20% de los ingresos familiares, permitiendo el acceso a comida y dietas diversas, especialmente para los más pobres.
Los alimentos que ofrecen incluyen frutos secos, frutas, semillas, raíces, tubérculos, hojas, setas, miel, carne silvestre e insectos, que aportan nutrientes esenciales a la dieta de las personas.
En muchos de estos lugares, más de 2000 millones de personas dependen todavía de la leña y otros combustibles tradicionales para cocinar, que se obtienen de los bosques.
En total, la FAO estima que más de 5000 millones de personas en todo el mundo utilizan los bosques y los productos no madereros para obtener alimentos, medicinas y medios de subsistencia.
La agencia también destaca su papel para contribuir a la seguridad alimentaria y diversificar los ingresos en situaciones de crisis, como malas cosechas o conflictos, para ayudar a garantizar la supervivencia de las comunidades cuando las fuentes habituales de alimentos no están disponibles.
Bosques en peligro: la corrupción los lleva a la extinción
A pesar de su importancia, hemos perdido el 10% de nuestros bosques en los últimos 30 años, lo que equivale a 37 campos de fútbol de bosque cada minuto desde 1990, según indicó la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC).
La Oficial de Prevención del Delito y Justicia Penal de la agencia señaló que los bosques son vulnerables a la corrupción debido al inmenso valor económico de la tierra en la que crecen.
Por ejemplo, productos como el chocolate y el champú requieren aceite de palma para su producción. “Somos más de 8000 millones de personas en el mundo. ¿Se imaginan cuánta tierra para plantaciones de aceite de palma se necesita para satisfacer la demanda de estos productos?”, dijo Daniela Sota Valdivia.
No hay dinero que pueda devolver lo que los bosques ofrecen
La experta enfatizó que, una vez que el acto de corrupción facilita la pérdida de bosques, éstos se pierden para siempre. “No podemos recuperarlos mientras vivamos. No hay tiempo cumplido en prisión ni cantidad de dinero que pueda devolver lo que los bosques ofrecen”.
Por otra parte, han observado que cuando se toman medidas para prevenir y contrarrestar la corrupción en un país, los delincuentes cambian su objetivo a países donde los controles son más débiles.
Por ello, es necesario que todos los países reconozcan que cada uno desempeña un papel crucial en la protección de lo que queda de los bosques. Asimismo, se necesitan programas “hechos a medida” y que tengan en cuenta las características de la región en la que se aplican.
Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).
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