Mientras el sistema de la ONU se prepara para hacer un llamamiento a una financiación récord de 4200 millones de dólares para apoyar las operaciones de ayuda en el país, he aquí algunas de las principales cosas que hay que saber sobre lo que se ha descrito como “la mayor y más devastadora crisis de desplazamiento, humanitaria y de protección del mundo actual”.

1) La guerra: los enfrentamientos de 2023 en Jartum anuncian el fin del proceso de paz

A finales de 2022, había esperanzas de que un proceso de paz respaldado por la ONU condujera finalmente a una administración civil en Sudán, tras un tumultuoso periodo que vio la caída del dictador Omar al-Bashir en un golpe militar, seguido de la dura represión de las protestas a favor de un gobierno civil.

“Un acuerdo político definitivo debería allanar el camino hacia la construcción de un Estado democrático”, declaró en diciembre de 2022 el ex representante especial de la ONU para Sudán, Volker Perthes.

Sin embargo, advirtió de que aún quedaban “cuestiones contenciosas críticas”, como la fusión de las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido, grupos militares separados que se habían unido para derrocar a al-Bashir.

Las tensiones entre ambos bandos aumentaron a principios de 2023, con enfrentamientos intermitentes, pero el inicio de la actual guerra civil se produjo con el ataque de las Fuerzas de Apoyo Rápido a la capital, Jartum, el 15 de abril.

Los combates, que luego se extendieron a otras partes del país, obligaron a la ONU a evacuar Jartum y basar sus operaciones en la ciudad relativamente estable de Puerto Sudán, en el Mar Rojo.

La ONU ha condenado enérgicamente los combates y el sufrimiento de la población civil, y el titular de la ONU, António Guterres, ha pedido un diálogo urgente entre las partes en conflicto.

El enviado personal del Secretario General en el país, Ramtane Lamamra, sigue apoyando los esfuerzos de paz, en estrecha colaboración con las organizaciones regionales, incluida la Unión Africana.

2) Crisis humanitaria: Más de 30 millones necesitan ayuda

La guerra ha sido catastrófica para la población civil de Sudán y las cifras son asombrosas. Unos 30,4 millones de personas, más de dos tercios de la población total, necesitan asistencia sanitaria y alimentaria y otras formas de ayuda humanitaria.

Los combates han provocado un colapso económico, disparando los precios de los alimentos, el combustible y otros productos básicos, poniéndolos fuera del alcance de muchos hogares.

El hambre es un problema creciente. Más de la mitad de la población se enfrenta a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, y se han confirmado condiciones de hambruna en cinco localidades del norte de Darfur y las montañas Nuba orientales. Se espera que la hambruna se extienda a otras cinco zonas en mayo de este año.

“Se trata de un momento crítico, pues las consecuencias de la inseguridad alimentaria ya se están dejando sentir en algunas zonas de Kordofán del Sur, donde las familias sobreviven con suministros de alimentos limitados, y las tasas de desnutrición están aumentando considerablemente”, advirtió Clementine Nkweta-Salami, coordinadora humanitaria de la ONU en Sudán.

Los esfuerzos humanitarios se ven gravemente obstaculizados por la falta de seguridad, que está limitando seriamente el acceso humanitario, complicando el movimiento de suministros y poniendo en peligro a los trabajadores humanitarios.

A pesar de los peligros, la ONU y sus socios siguen llegando a las poblaciones vulnerables. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) está salvando miles de vidas cada día y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) distribuyó con éxito semillas a más de medio millón de hogares durante la temporada de siembra. En total, unos 15,6 millones de personas recibieron al menos una forma de ayuda de la ONU en 2024.

El sistema sanitario del país está de rodillas, con instalaciones sanitarias atacadas y muchos trabajadores que se vieron obligados a huir. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) siguen operativos, apoyando la inmunización contra el cólera y la malaria, y desplegando equipos médicos móviles.

Sudán. Descarga de ayuda alimentaria transportada en barcaza.

3) Desplazamiento masivo: Equivalente a toda la población suiza

Millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en busca de zonas relativamente seguras, tanto dentro de Sudán como en los países vecinos, lo que ha agravado la inestabilidad regional.

Más de tres millones de personas están clasificadas como refugiados, y casi nueve millones son desplazados internos. La población total de desplazados es mayor que toda la población de Suiza.

Debido a los cambios en la línea del frente, se han producido sucesivas oleadas de desplazamientos, lo que complica cada vez más la tarea de llegar a los necesitados.

La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) ha descrito la situación en Sudán como “la mayor crisis de desplazados, así como la de más rápido crecimiento a nivel mundial”.

La población desplazada, tanto si permanece en Sudán como si se ha trasladado al extranjero, se enfrenta a un acceso reducido a los alimentos, a la escasez de recursos naturales y a un acceso limitado a los servicios esenciales. Además, en los campos de refugiados y desplazados internos proliferan los brotes de enfermedades como el cólera y el sarampión.

Muchas de las naciones vecinas tienen sus propios problemas económicos y de seguridad, y algunas se encuentran entre las más pobres del mundo, con servicios limitados y desbordados.

En la medida de lo posible, la Agencia de la ONU para las Migraciones (OIM) y ACNUR protegen vidas, apoyan a los Estados que acogen a refugiados y garantizan que las necesidades de quienes huyen se atiendan con dignidad.

Sudán del Sur. Refugiados sudaneses esperando recibir ayuda en efectivo del PMA.

4) Inseguridad: Mujeres y niñas muy vulnerables

Desde el comienzo del conflicto, se ha informado de la muerte de más de 18.800 civiles, y los niveles de violencia en Sudán están empeorando. A principios de febrero, al menos 275 personas murieron en sólo una semana, el triple que la semana anterior.

La población civil está siendo alcanzada por bombardeos de artillería, ataques aéreos y ataques con drones: las regiones más afectadas son los estados de Kordofán del Sur y Nilo Azul. Además de la población en general, los trabajadores humanitarios han sido objeto de intimidación y violencia, y se ha informado de que algunos han sido acusados falsamente de colaborar con las Fuerzas de Apoyo Rápido.

Una misión de investigación de la ONU ha documentado una serie de terribles violaciones de derechos humanos cometidas tanto por las Fuerzas Armadas Sudanesas como por las Fuerzas de Apoyo Rápido, y ha pedido que se investiguen y se lleve ante la justicia a los autores.

En una entrevista concedida a Noticias ONU, Edmore Tondhlana, responsable adjunto de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA), explicó que las mujeres y las niñas son las más afectadas por el conflicto, con informes de violaciones, matrimonios forzados y secuestros. “Si nos fijamos en el reciente ataque en Kordofán del Sur, en el que murieron unas 79 personas, la mayoría de las víctimas fueron mujeres y niñas”.

Sin embargo, los adolescentes varones también corren un alto riesgo. “No pueden viajar fácilmente entre las líneas del frente. Serán sospechosos de espionaje”, añadió Tondhlana. Un gran número de niños han sido reclutados por grupos armados, obligados a luchar o a espiar contra el otro bando.

5) Financiación: Se necesitan miles de millones

La falta de fondos suficientes está limitando gravemente la capacidad de la ONU para ayudar a la población de Sudán. ACNUR y sus socios no han podido proporcionar a los refugiados más que la ayuda mínima, y las raciones de alimentos se han reducido drásticamente, lo que ha agravado la inseguridad alimentaria.

El lunes, la OCHA y ACNUR lanzarán un llamamiento para recaudar fondos, basándose en sus respectivos planes de respuesta a la crisis. Las necesidades humanitarias se han estimado en la cifra récord (para Sudán) de 4200 millones de dólares, a los que hay que sumar otros 1800 millones para ayudar a los países vecinos que acogen a refugiados.

Aunque la cantidad necesaria pueda parecer grande, Tondhlana subraya que, dadas las cifras de necesidad extrema, apenas araña la superficie. “Estamos intentando llegar a 21 millones de personas, por lo que se trata esencialmente de 200 dólares por persona durante todo el año. Si lo desglosamos aún más, son unos 0,50 dólares al día.

Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).

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