La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, denuncia que el gobierno de Israel está intensificando su campaña de desinformación contra la agencia con mensajes que incitan al odio y que ponen en peligro su personal
La campaña incluye vallas publicitarias en varias ciudades de todo el mundo y anuncios pagados de Google en múltiples sitios web.
“Este último esfuerzo global por parte de un Estado miembro de la ONU para etiquetar a una agencia de la ONU como organización terrorista puede equivaler a una incitación al odio utilizando corporaciones que se supone que promocionan productos comerciales”, sostiene la agencia en un comunicado.
La campaña “está creando un inmenso daño a la reputación de UNRWA, actualmente el mayor proveedor humanitario para la población de Gaza” y pone en grave peligro la vida del personal de UNRWA.
Desde que comenzó la guerra, 251 miembros del equipo de UNRWA han muerto en Gaza. Dos tercios de sus edificios en la Franja han sido bombardeados, muchos directamente o varias veces.
En Jerusalén oriental, la sede de UNRWA fue incendiada y las autoridades locales están intentando despojarnos de estas instalaciones para construir asentamientos.
“Los responsables de la difusión de desinformación, incluidas las empresas de publicidad, deben dejar de hacerlo y rendir cuentas. Deben establecerse normativas para controlar la difusión de mensajes tan perjudiciales y posiblemente peligrosos”, añadió UNRWA.
Una larga campaña
UNRWA ha enfrentado durante mucho tiempo campañas de desinformación sobre su personal y operaciones. Esto se ha intensificado desde que comenzó la guerra en Gaza el 7 de octubre.
Desde el inicio, funcionarios israelíes han señalado el desmantelamiento de UNRWA como un objetivo de guerra.
“Además de los ataques físicos y legislativos dentro del territorio palestino ocupado, la Agencia también ha sido objeto de una feroz campaña global de desinformación”, dijo Philippe Lazzarini en un discurso en el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, Estados Unidos, el pasado noviembre.
La presión diplomática ejercida por el Gobierno de Israel y grupos afiliados ha tenido como objetivo a parlamentos y gobiernos de los principales países donantes. Además, se han presentado demandas civiles en varios países contra miembros del equipo de alta dirección de UNRWA.
Estos esfuerzos culminaron el mes pasado con la adopción, por parte del parlamento israelí, de una legislación para poner fin a las operaciones de la Agencia en el territorio palestino ocupado.
Acusaciones sin pruebas
Los ataques contra UNRWA se justifican con acusaciones repetidas, especialmente desde el 7 de octubre del año pasado, de que la agencia colabora con Hamás o ha sido infiltrada por este grupo.
En enero de este año, el Gobierno de Israel alegó que 12 empleados de UNRWA en Gaza (de un total de 13.000) participaron en los ataques del 7 de octubre.
Como resultado, 16 donantes decidieron suspender fondos a la agencia por un total de 438 millones de dólares en menos de 48 horas.
Naciones Unidas inició una investigación independiente sobre las acusaciones contra 19 empleados (los 12 de los que informaron en enero y 6 más que añadieron posteriormente. Concluyó que, si se autentican y corroboran, las pruebas disponibles podrían indicar que nueve empleados podrían haber estado involucrados en los ataques. Estos empleados fueron despedidos en interés de la Agencia.
“Debo enfatizar que UNRWA, como otras entidades de la ONU, no cuenta con capacidades policiales, militares o de inteligencia”, dijo Lazzarini explicando que dependen de los Estados miembros cuando se necesitan estas capacidades, especialmente al operar en entornos controlados por grupos militantes.
Desde hace más de 15 años, UNRWA comparte anualmente los nombres de su personal con el Gobierno de Israel. Ahora comparten estos nombres trimestralmente.
Esto incluye los nombres de empleados sobre los que el gobierno israelí nunca había expresado preocupaciones, pero que ahora aparecen en listas que alegan militancia armada.
“Hemos solicitado repetidamente al Gobierno de Israel que proporcione pruebas, e incluso propusimos formas de compartir pruebas sensibles. No hemos recibido respuesta”, añadió Lazzarini. “Esta falta de compromiso de buena fe pone a la UNRWA en la difícil posición de no poder abordar acusaciones para las que no tiene prueba, mientras estas acusaciones continúan siendo utilizadas para socavar a la Agencia”
El resultado de la revisión independiente y la amplia colaboración con los Estados miembros han llevado a la reanudación del financiamiento a la agencia por parte de todos los donantes, excepto Estados Unidos.
Sin embargo, la situación financiera de la UNRWA sigue siendo extremadamente precaria, y la campaña de desinformación contra la Agencia continúa sin cesar.
Despojar a los palestinos de su estatus de refugiado
Lazzarini considera que los esfuerzos por desmantelar la UNRWA “no se tratan de la neutralidad”. “El verdadero propósito de estos esfuerzos es despojar a los palestinos de su estatus de refugiados, cambiando unilateralmente los parámetros para una futura solución política”.
Sin embargo, incluso si la UNRWA fuera desmantelada, en violación del mandato otorgado por la resolución 302 de la Asamblea General, el estatus de refugiado de los palestinos se mantendría, ya que es conferido por una resolución diferente, la 194 de la Asamblea General, que precede a la creación de la UNRWA.
Consecuencias desastrosas
“El Gobierno de Israel afirma que la UNRWA puede ser simplemente reemplazada y que sus servicios pueden ser asumidos por otras entidades de la ONU. Esto es falso”, explica Lazzarini.
UNRWA es única entre las entidades de la ONU, ya que es un proveedor directo de servicios públicos como educación y atención médica primaria. No existe otra agencia que pueda asumir estas funciones a la escala requerida.
En Gaza, desmantelar la UNRWA colapsará la respuesta humanitaria de las Naciones Unidas, que depende en gran medida de su infraestructura y de sus miles de empleados.
Además, solo UNRWA puede proporcionar educación a más de 650.000 niños y niñas en Gaza, quienes viven entre los escombros y profundamente traumatizados.
En Cisjordania, el colapso de la UNRWA privaría a al menos 50.000 niños de educación y a cientos de miles de refugiados palestinos de atención médica primaria.
Si las operaciones de la UNRWA terminan en el territorio palestino ocupado, la responsabilidad de proporcionar servicios a los palestinos –y de asumir el costo de estos servicios– recaerá no en las Naciones Unidas, sino en Israel como potencia ocupante.
Source of original article: United Nations (news.un.org). Photo credit: UN. The content of this article does not necessarily reflect the views or opinion of Global Diaspora News (www.globaldiasporanews.net).
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